También disponible en Euskera: Euskal Artearen Historia
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Obra de síntesis del arte en el País Vasco de la prehistoria al románico.
El texto abre cada época del arte con una introducción histórica y hace un minucioso y documentado recorrido por las obras más relevantes y significativas pero haciendo también referencia a otras menos conocidas. Termina cada capítulo con una visión sintética y una exhaustiva bibliografía. El texto va en todo momento acompañado de notas que amplían el texto y dan referencia de las citas. Abundantísima ilustración gráfica y fotográfica.
Este tomo I y toda la colección, forman parte también del conjunto de "La Enciclopedia Emblemática".
volver arribaPor Diario Vasco.
Diario Vasco. Martes, 24 de mayo de 2005
El historiador y profesor Juan Plazaola fallece a los 86 años
Autor de la ‘Historia del Arte Vasco’, recibió en 1998 el premio Eusko Ikaskuntza
SAN SEBASTIÁN. DV. Ha fallecido en San Sebastián, a los 86 años, Juan Plazaola, sacerdote e historiador, presidente del Instituto Ignacio de Loyola de la Universidad de Deusto.
Profesor durante largos años, conferenciante y estudioso del arte, su mayor ilusión fue publicar una completa refencia histórica del arte vasco, sueño que hizo realidad el verano pasado cuando se presento la Historia del Arte Vasco, que abarca desde la Prehistoria hasta las últimas vanguardias del siglo XX tanto desde el punto de vista cronológico como geográfico incluyendo la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra y el País Vasco francés. Un gran trabajo recogido en cuatro tomos con un total de 960 páginas y 3.000 ilustraciones.
Uno de los elementos que caracterizaron a esta publicación es que por primera vez se editó un libro sobre la historia del arte vasco escrita por un único autor, -hasta ahora todas las obras sobre el tema eran colectivas-, lo que conlleva una unidad de método y criterios de selección. El autor explicó en la presentación del libro editado por Etor-Ostoa, que ya en los años 70, cuando organizaba en los EUTG conferencias que luego publicaba, se planteó como objetivo la edición de esta obra porque «para entender el arte, sobre todo ahora que es más complejo, es necesario saber cómo ha sido su gestación».
Juan Plazaola Artola nació en San Sebastián el 21 de enero de 1919 y estudió en Javier. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1936 y completó su formación en Salamanca y Oña. Doctor por las Universidad de La Sorbona de París y la Complutense de Madrid, ejerció de profesor en Salamanca y en la Universidad de Deusto, siendo rector de los EUTG en Mundaiz.
De la novela al arte
Escribió una novela, Mario Gaitán (1955), y numerosas obras dedicadas al arte entre ellas El arte sacro actual. Teoría. Panorama. Documentos (1965), El arte y el hombre de hoy (1970), Iniciación a la estética (1973), Futuro del Arte Sacro (1973), Néstor Basterrechea (1976), Apuntes para una filosofía del arte contemporáneo (1978), con la que obtuvo el premio de Ensayo Adolfo Muñoz Alonso en la Feria Nacional del Libro de Valladolid, y Modelos y teorías de la Historia del Arte (1987), entre otras obras.
En 2001 publicó también la obra Arte e Iglesia, que supuso «un tour de force para mí, porque abarca todas las épocas y llega hasta nuestros días», explicaba entonces el autor en la presentación del libro, publicado por la editorial Nerea. Fundó y dirigió, además, varias revistas religiosas como Razón y fe y Hechos y Dichos.
Juan Plazaola recibió en 1998 el Premio Eusko Ikaskuntza, conjuntamente con Jesús Altuna, que destaca un trabajo en el campo de las Humanidades, la Cultura, las Artes o las Ciencias Sociales.
Los funerales se oficiarán hoy martes a las siete y media de la tarde, en la iglesia de la Santísima Trinidad (Loiola Centrum) de la Universidad de Deusto en San Sebastián, en Mundaiz.
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Diario Vasco. Martes, 25 de mayo de 2005
Iñaki Galarraga Aldasoro
La sabiduría de Juan Plazaola
Hace escasas semanas preguntaba yo, no sin cierta ansiedad a una eminente profesora del campus gipuzkoano de la Universidad de Deusto por la salud de nuestro común amigo Juan Plazaola. La profesora Urzainki no pudo decirme más que la vida de Juan se estaba apagando. Que su impulso vital apenas tenía recorrido ya. Ayer pudimos leer el recordatorio del final en este su primer recorrido de la existencia. Sus amigos y discípulos elevaremos una plegaria y seguiremos aprendiendo de él, en su memoria.
No abundan las personas que desde una altísima altura en la cucaña del conocimiento y en la escala de la sabiduría son capaces de irradiar humildad, humildad del intelectual que cuanto más sabe, conoce como nadie todo lo que aún le falta por saber. Y en vez de jactarse y explotar de modo autista los recursos de su conocimiento no puede menos que medir como infinito lo que aún le queda por aprender.
Esa era la fortaleza del frágil Padre Plazaola de la Compañía de Jesús. Empeñarse en preguntar, ofrecer sus libros como manera de contestar y dar en todo momento una respuesta ajustada a cuantas preguntas y cuestiones interesantes se tejían en torno a cualquier tema de conversación.
Con la muerte de Juan Plazaola seguramente se ha completado el ciclo vital de uno de los donostiarras más importantes del S.XX. Nadie como él desde este país y con una proyección internacional, ha profundizado con mayor acierto en los fundamentos de la Arquitectura y en el Arte religiosos. Cotejando continuamente typos y logos sobre los principales acontecimientos plásticos y parangonando los textos de los Padres de las Iglesias griega y latina con las figuras o iconos de las propias obras del excelso mundo arquitectónico y artístico cristianos.
Nunca Juan fue ajeno a la experiencia artística vasca, fue infinito su amor por la arquitectura y ahí están sus libros para confirmarlo. Todas estas cualidades deben de ser semilla de cultura y de autoestima para cuantos le conocimos y para cuantos somos ciudadanos de su ciudad.
Estoy seguro que tras de la muerte de Juan Plazaola abundarán los homenajes a su humilde sabiduría, se multiplicará el efecto de su memoria y sobre todo quienes conocemos algo de su enorme potencia cultural seremos capaces de poner en el más alto de los escalones lo que a mi juicio fue un recorrido vital modélico y ejemplar.
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