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Sobre el concepto «artes aplicadas»
Parece necesario hacer previamente una reconsideración del concepto artes aplicadas dado que esa denominación ha estado limitada para referirse a realizaciones de carácter decorativo y ornamental. Además la imagen que los museos han venido ofreciendo en las secciones de ese nombre es muy reductiva y muy alejada de los contenidos de esta obra.
Nuestra reflexión se inicia a partir del hecho de que existe todo un universo estético y de que la vida cotidiana de todas las personas transcurre en ese universo estético que llega a conformar su vida íntima, su modo de percibir y hacer; y utilizando parámetros de ese universo interactúa con las cosas y con otras personas. Consciente o inconscientemente, los valores estéticos mediatizan el conocer y el hacer, independientemente de la edad y del grado de instrucción o de educación académica y del ámbito cultural y del grupo social al que pertenezcan.
El arte y lo artístico
Eludimos entrar en discusiones académicas sobre lo que es arte, o sobre lo que hoy se considera arte, etc. Solamente pretendemos establecer un amplio marco conceptual que nos permita organizar con coherencia la diversidad de temas que no teniendo cabida habitualmente en los tratados de arte, tampoco son reducibles a lo estrictamente técnico o utilitario.
El de las Artes Aplicadas es pues, el campo de las creaciones humanas donde convergen, en diversos grados, las razones de la forma estética, de la significación y del sentido, con la razón técnica.
El campo es amplísimo y abarca toda la vida; todo el espacio y todo el tiempo cotidiano. Todo lo que pertenece a la creación intencionadamente estética, al gran campo de lo ornamental, a la combinación de la utilidad y la belleza, de lo artístico y lo técnico; incluso podríamos decir lo que valoramos como agradable practicidad. Es ese territorio creativo al que nos podemos referir con palabras como: gusto, hermoso, armonioso, orden, etc.
Estas creaciones pueden tener funciones comunicativas, o buscar utilidades técnicas; hay en ellas generación de formas nuevas, buscadamente armoniosas en la fabricación de artefactos y útiles técnicos que integran criterios de eficacia, de rendimiento y de belleza.
No nos situaremos pues en el campo de lo estrictamente considerado como arte, sino en un espacio conceptual más amplio y que podríamos calificar de artístico; un amplio espacio en el que los territorios se acotarían por criterios estéticos diversos, aplicados a diferentes actividades y temas.
El arte pluralizado y adjetivado como artes aplicadas se ha usado para referirse a realizaciones que no solemos llamar arte pero a las que sí nos referimos como artísticas en el sentido que su carga estética es relevante, o porque son buscadamente, intencionadamente, bellas; o porque muchas veces utilizan formas que desbordan las necesidades utilitarias de los objetos que modelan buscando un carácter ornamental; o porque muchas veces reproducen temas, escenas, formas que provienen de obras de arte; o porque se inscriben claramente en los grandes estilos que han periodizado e identificado las diferentes épocas de la historia del arte.
Lo útil, lo técnico y lo estético
Las artes aplicadas sugieren la utilización del arte con fines prácticos. Sugieren la idea de convergencia de las artes en realizaciones de utilidad, en el descubrimiento de una dimensión práctico-técnica en el arte y en sus realizaciones.
Nosotros nos acogemos a este margen de indeterminación para reunir bajo este rótulo un sinnúmero de creaciones y actividades que conforman y constituyen nuestro universo cotidiano.
Partimos de la convicción, de que el pensamiento y la intención estética informa todas las actuaciones humanas; que toda nuestra actividad tiene lugar prestando atención a la forma, no sólo a la funcionalidad y perfección técnica. Se atiende a la razón útil y económica y también se atiende a la razón estética.
El paradigma dramático
El conjunto de los tomos de ARTES APLICADAS ofrecerá un panorama sólo en apariencia heterogéneo como lo mostrarán los trabajos de contextualización programados. El amplio marco en el que se inscriben constituye un paradigma antropológico que resalta el carácter dramático del hombre y el constitutivo carácter representativo de toda su actividad de reflexión, conocimiento y comunicación.
El marco programático que guía este tema de las Artes Aplicadas es:
El Universo estético cotidiano o si se quiere las Estéticas en el universo cotidiano.
La condición dramatúrgica del hombre
El carácter representacional de toda la actividad humana: el hombre en su galería de espejos aberrantes, el carácter mimético de su presencia social, y la proposición de modelos desde la tradición cultural.
El escenario
Escenarios diarios (habituales) y la intención estética de su diseño y de la acción que en ellos tiene lugar.
El escenario territorial: Ecosistema humano y paisaje, el impacto del asentamiento humano. Las redes de flujos (ríos, carreteras, tendidos eléctricos, torres de comunicación) y las obras públicas correspondientes (puentes, túneles, presas etc).
El escenario urbano: La imagen de la ciudad: El asentamiento geográfico, el plano de la ciudad. Los hitos identificativos. Mobiliario urbano e iconos. Dimensión simbólica y emblematización.
El escenario doméstico. La casa. La casa en el paisaje y espacios interiores de la casa; evolución de su función y significación. Mobiliario y decoración. Interiorismo y diseño.
El attrezzo
Artefactos y utillaje técnico habitual, la máquina y la fábrica. Estética del paisaje productivo. Arqueología industrial. El diseño industrial.
El drama
La acción dramática y las actividades representacionales y artísticas. Las acciones comunicativas. Mediaciónes técnicas y artísticas: la fotografía, el cine, el cómic, el ciberarte. Espectáculos (como obras efímeras). Publicidad (como fenómeno diferenciado de comunicación con diversidad de medios y técnicas).
El actor
El sujeto, la persona y su personaje. La invención estética del yo. La presentación pública del individuo. El cuerpo: ergonomía y aderezo. El revestimiento: indumentarias laborales y vestidos civiles y folclóricos; Significaciones y simbolismos. Moda.
El espectador
El hombre como espectador de su propia representación.
* * *
No es este planteamiento una utilización del teatro como metáfora o comparación sino la posición antropológica que se articula sobre la consideración de que el hombre es un ser que, mentalmente y en sus obras y acciones, se autorepresenta y así se conoce a sí mismo; que representa las realidades circundantes para comprenderlas; que se entiende y entiende el mundo en el que vive construyendo un mundo de representaciones de la realidad, imaginándola y reimaginándola, narrándose a sí mismo lo que ve, y relatándose a sí mismo el propio acontecer hasta convertirlo en historia y autobiografía.
Y entiende el entorno representándolo, dibujándolo, pintándolo, describiéndolo y nombrándolo; es decir haciendo que la naturaleza sea paisaje.
El hombre entiende el mundo y se entiende a sí mismo construyendo un escenario y haciendo que en ese escenario transcurran acciones dramáticas y dramatizadas que reflejan la propia vida y la del entorno.
El hombre se entiende a sí mismo autorepresentándose, narrándose a sí mismo su propia historia, siendo la voz narradora de su propio acontecer en una confluencia de aconteceres, haciéndose actor protagonista, construyendo un relato dramático que él mismo representa en su propio escenario y en otros escenarios y en diferentes funciones y adaptaciones; haciéndose espectador de su propio drama, del acontecer de la propia vida.
El editor
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