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Descatalogado
Indagación del espacio y crisis cultural
El gran tema de este libro es el espacio. El espacio es uno de los temas a los que hemos dedicado gran atención en nuestras creaciones editoriales; estamos hablando, pues, también del espacio tal como fue estudiado en Eusko Lurra. Geografía del País Vasco, son puntos de vista diferentes pero que se complementan.
No se trata de la investigación sobre microespacios artísticos que, aunque sean reales como en la escultura, genera elaboradas pero minoritarias emociones estéticas.
Se trata de la presentación indagatoria del gran espacio cotidiano que es un espacio dramático y popular. Es un espacio geográfico; físico, pero humanizado.
Es el entorno de la vida; entorno que sustenta todas las emociones estéticas, exquisitas o básicas, pero universalmente comunes.
Es el gran medio físico en el que hundimos las raíces que nos trasvasarán los sentimientos telúricos que nos permitan sintonizar con el entorno y vivir connaturalmente integrados en el medio.
La crisis de identidad cultural que vivimos alcanza también a estas fundamentales categorías como es la del espacio.
Este, el espacio, corre el peligro de esquematizarse en vías de comunicación y circuitos económicos exclusivamente, quedando reducido a geometría desértica incapaz de producir emociones. Sin ellas será imposible sintonizar con su grupo y con el proceso histórico que va perfilando la conciencia de pueblo en medio de la complejidad de la vida cotidiana, que es donde se teje el entramado sistemático que es la cultura.
Esa geometría desértica, a través de la cual se corre el peligro de concebir el espacio humano, no ofrece hábitat a ninguna clase de vida, sea vegetal o animal, y en su simplificación ignora el paisaje. Los efectos de esta situación son el descuido y la utilización irracional del medio y su destrucción consecuente.
El medio físico, y quizá el de Euskalerría más intensamente que el de otros pueblos, está humanizado minuciosamente. Y en algunos casos destruido o en peligro; y no sólo el soporte físico, si no también recubrimiento humano, que muchas veces es huella de otros estadios culturales.
Por tanto, este libro, pretende un conocimiento complejo del medio; ser guía del espacio y del medio físico reparando en el recubrimiento botánico, zoológico y sentando premisas ecológicas.
Todo ello como previo a una lectura antropológica del entorno hacia la cual se apunta y estimula. (El instrumentar al lector para una lectura antropológica del paisaje será tema que se desarrollará en los tomos sucesivos.)
- Euskalerria ámbito pirenaico
Ante los mapas de nuestro país podríamos sentir la impresión onírica de estar mirando un aerolito que flota en el vacío si no tuviésemos la ineludible referencia marina del Cantábrico.
Esta referencia además de hacer patente que nuestro suelo es tierra de este mundo, tiene una dimensión cultural e histórica importante.
El modo de vida pescador tiene importancia en nuestro país; y el mar es también marco de gran parte de nuestra historia.
Pero nuestro espacio geográfico parece necesitar la apoyatura más sólida y grávida de referencias terrestres.
Y no es cuestión de elegir. La presencia Pirenaica se impone. Hasta en el extremo oeste del país, las alturas pirenaicas están presentes en el horizonte.
Se trata de entender el país como extremo occidental del Pirineo; o, mejor, de recuperar popularmente una visión del País, con larga tradición histórica y que nunca ha dejado de existir. Visión esta que tiene además bases geográficas estructurales, bioclimáticas y culturales.
Como pueblo pirenaico nos han visto antiguos historiadores, geógrafos y viajeros.
El estrato de civilización pastoril, también presente en la cultura vasca actual, es de ámbito montañero y pirenaico. La etnografía pone de relieve la extensión a gran parte de esa cadena montañosa de importantes manifestaciones de la cultura que por tanto tienen carácter pirenaico.
Ciertamente hay lugar para la polémica de historiadores y políticos; y los geógrafos pueden hacer disquisición sobre geologías.
Pero desde ningún punto de vista necesitamos justificar el suelo que pisamos. Buscamos enriquecer las referencias culturales. Enriquecer la comprensión de nuestro espacio en busca de grandes categorías, de fundamentales percepciones y de básicas y elementales vivencias estéticas como es la del espacio.
En libérrima oferta el lector puede encontrar, pues, bases para refenciar pirenaicamente nuestro País desde el punto de vista geográfico.
No se trata de un empeño cartográfico para ganar la pura refencia visual de unas curvas de nivel a color más oscuro, o de querer competir orográfícamente con nadie.
La comprensión y percepción del espacio tiene importantes y efectivas virtualidades de identificación cultural.
- El monte, espacio natural y ámbito económico
La presentación que aquí hacemos de las montañas, parte del hecho innegable que el monte del País es marco geográfico de asentamientos y actividades agrícolas y agropecuarias en las zonas baja, y de pastoriles en las zonas altas; y de explotaciones forestales. Se trata pues de un ámbito económico; excepto en las alturas rocosas avanzando ya el eje pirenaico.
Pero lo deportivo pertenece al ámbito del ocio, y ese ocio es posterior a aquella actividad económica.
Por tanto partimos de que el montañero al subir al monte entre en un ámbito de actividades agropecuarias y pastoriles enmarcadas en un sistema cultural correspondiente y diferente del que es habitual a ese montañero.
Esta consideración creemos fundamental para el ordenado y enriquecedor disfrute del monte.
La montaña del País tiene además la característica de ser un espacio en el que la naturaleza, a pesar de estar intensamente humanizada, está libre del acoso urbano e industrial, y en la que las estructuras ecológicas y sus mecanismos fundamentales no han sufrido de modo irreparable.
Esto hace que tenga un gran atractivo para el montañismo, el más generalizado y más complejo deporte de nuestro País. Generalizado por masivo; y complejo por las múltiples virtualidades tanto físicas, como sicológicas y espirituales que pone en actividad.
¿Cuál debe ser pues la finalidad de esta guía de nuestro entorno natural, de nuestra naturaleza, de nuestros montes?
Enseñar y señalar los caminos, capacitar para identificar los lugares y nombrarlos y ayudar a realizar una lectura antropológica compleja de los paisajes de nuestros recorridos.
Esto potenciará la capacidad estética, profundizando y vigorizando la acción de los mecanismos de nuestra identificación cultural vasca.
Es experiencia común que el conocimiento geográfico, la contemplación del paisaje y el contacto físico con la tierra familiariza y enraiza con el medio hasta producir fundamentales y previos niveles de identificación telúrica...
- Montes tratados en este tomo
En este primer tomo presentamos las principales entidades de montaña, que delimitan la divisoria de aguas cántabro-mediterráneas en el tramo comprendido entre el Oria y el extremo Oeste del país.
Esta selección es muy aleatoria. Está basada tanto en criterios pragmáticos editoriales que alcanzan hasta lo pedagógico, como en importantes criterios geográficos y culturales.
El Oria, incluso geológicamente, ha sido un punto de referencia utilizado. Paisajísticamente hablando también hay un cambio.
En algunos aspectos culturales, etnográficamente hablando, la cuenca del Oria es un límite.
La divisoria de aguas tiene virtualidades pedagógicas en cuanto ayuda a la comprensión del país a partir de ella, y geográfica y culturalmente es una referencia nada subjetiva.
Del Oria hacia el Oeste la divisoria la componen una serie de montañas bien delimitadas (Aitzkorri, Anboto, Gorbeia, Salvada) con un alto grado de humanización por el intenso uso agrícola y pastoril; son accesibles y están situadas en una zona densamente poblada y con gran afición montañera, lo que las hace muy frecuentadas. Este tramo es extraordinariamente vistoso si tenemos en cuenta sus modestas dimensiones de extensión y de altura.
Los cresterios y los cortes de roca caliza presentan una espectacularidad que alturas mayores no tienen.
Quizás del Oria hacia el Este la divisoria deja de tener estas características y viene a ser una referencia más ambigua por la homogeneización, incluso bioclimática que le da la altura (desde Belate en adelante) hasta configurarla como zona climática de montaña.
En el momento de estructurar el tomo que aborde esta zona estas consideraciones tendrán su reflejo práctico:
- Algunos criterios utilizados
El texto pretende ayudar a la lectura antropológica del paisaje descubriendo aspectos del recubrimiento humano. Los itinerarios son una ayuda de inestimable valor para un conocimiento, sobre el terreno de toda lo anotado y de lo descubierto por las fotografías.
Las fotografías aéreas son invernales en función de una mayor información del terreno (más visible sin hojas en los árboles).
Están tomadas a una altura adecuada para ofrecer una perspectiva, a la vez que inusual, informativamente rica, pero que no aplaste excesivamente el paisaje. Mantienen además un horizonte sensiblemente parecido al que se puede observar desde las mismas cumbres fotografiadas.
Los días, atmosféricamente espléndidos, en que están tomadas han hecho posibles esas profundidades sorprendentes del paisaje.
Todo ello ha exigido trabajar sobre una amplia colección de fotografías, lo que ha supuesto un notable esfuerzo editorial.
La selección de fotografías aéreas pretende ofrecer perspectivas amplias de los macizos y en ella ha privado a veces el valor informativo sobre el estético.
En las muy meritorias fotografías terrestres priva la estética y el detalle sin olvidar la información.
Los croquis originales son una valiosa aportación de información en los que los cordales, toponimia y caminos tienen interés preferente.
Las direcciones de las fotografías aéreas incluidas en los esquemas generales de cordales y los ángulos de las más importantes, permitirán al aficionado montañero situarse sobre un buen mapa y enriquecer la identificación e información de las fotografías.
La conjunción de estos elementos creemos que proporcionarán una idea adecuada (entiquecida con la información de flora y fauna referida expresamente en la zona atlántica) de los macizos montañosos.
Sería también empeño de este libro redescubrir nuestra modesta flora y fauna. Las fotografías en muchos casos no sólo descubren la fauna sino que la revalorizan a nuestros ojos.
Las fotografías son originales, son de archivos del País, de jóvenes fotógrafos.
No se ha recurrido a ninguna fotografía de este tomo a archivos de fuera y casi todas las fotografías han sido tomadas aquí, en su medio, en su propio hábitat y en ocasiones tras paciente espera para esta incruenta caza.
- De toponimia y ortografía
Respecto a la toponimia es preciso señalar que somos conscientes de la falta de uniformidad. incluso dentro de un mismo croquis. Pero no se ha pretendido establecer una toponimia sino principalmente informar en un terreno todavía no muy trabajado en el que por otra parte tanto juegan los localismos de todo tipo y las preferencias fonéticas. Se han respetado por tanto los distintos niveles de información recibidos valorando el que en cualquier caso responden a un uso popular y a que en razón de eso han sido recogidos.
Somos igualmente conscientes de que puede resultar un tanto bárbaro a algunos la ortografía euskérica y topónimos euskéricos en un texto en castellano, tal como los hemos utilizado. Por ejemplo escribir Gipuzkoa (donde interfiere además un problema fonético), para a continuación escribir guipuzcoano.
En este punto seguimos un uso popular de hoy mismo. En un texto como este, que algunos clasificarían como de geografía humana, no es extrapolar el problema el hacer patente y dejar testimonio de estas distorsiones en las que además, los criterios son muy fluctuantes cuando los hay. Esta situación es reflejo, precisamente, de un ansia de recuperación de identidad espacial. El recogerlo así en el texto sea testimonio de este trance cultural.
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