También disponible en Euskera: Geografia sinbolikoa
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Dieciséis colaboraciones nos introducen en una visión cultural del la geografía del país: paisaje humanizado por huellas físicas y recubierto por relatos míticos; poéticas de la naturaleza; el paisaje en la pintura; recubrimiento religioso de los espacios sagrados; experiencias estéticas en la naturaleza.
Este libro pretende unir perspectivas simbólicas y poéticas a los enfoques geográficos más técnicos como eran los utilizados en los otros tomos de la colección de geografía Eusko Lurra. De este modo se busca crear, y enseñar a crear redes de significación que se incluyan en sistemas contextualizadores en los que se articulan datos de la experiencia sensible, además de datos científicos y memoria histórica, colectiva y personal, con el imaginario de cada uno. Imaginario en el que ha tenido su influjo también la fantasía.
Los artículos
En La evolución y la idealización del paisaje vasco Miren Askasibar establece los parámetros más técnicos y científicos de la aproximación al tema del espacio desde su presencia o manifestación como paisaje, En Huellas humanas en el paisaje, Pablo Areso haciendo precisiones sobre el concepto de naturaleza y lo natural, en relación a la presencia del hombre en esa naturaleza y a las modificaciones que en ella introduce, hace un recorrido por las huellas humanas en el paisaje.
En La montaña y la toponimia Luis Mª Mújica hace un recorrido por el paisaje en cuanto nombrado, por el recubrimiento verbal del espacio montañero y rural, principalmente, poniendo de relieve que en la toponimia muchas veces los nombres de lugar superan la mera función informativa para adquirir una dimensión simbólica de carácter estético.
El trabajo de José Antonio Quijera titulado Escenarios del relato mítico. Mitología del paisaje es una versión reducida para este libro de otro más amplio titulado Naturaleza y cosmovisión de Eukal Herria (Mendiak 7, en su sección El monte universo simbólico). Presenta la mitología relacionada con elementos de la naturaleza que tienen una mayor incidencia espacial y paisajística.
En el capítulo titulado Geografía simbólica de los cuentos populares maravillosos vascos, Martín Etxeberria Zuloaga analiza los escuetos y simbólicos escenarios geográficos donde se sitúan los relatos de cuentos, y la significación cultural y educativa que estos tienen.
En El espacio en la literatura vasca, Ion Kortazar analiza los espacios bajo el aspecto de ámbitos culturales simbólicos en los que se sitúan los relatos.
El mar, espacio literario es un trabajo de Angel Lertxundi que recuperamos del Tomo 7 de la colección ITSASOA en la que fue publicado (1989). Se hace un repaso de temas literarios relacionados con el mar, tanto en la literatura universal como en la vasca.
En el Viaje a través de la geografía poetizada, Juan Cruz Igerabide hace un recorrido por los lugares de Euskalerria con resonancias poéticas o literarias ya sea por ser geografías reales que se convierten en escenarios de ficciones, o por ser cuna de literatos.
En Una poética de la Naturaleza y el Paisaje Enrique Ayerbe hace una aproximación antropológica al poema Mimodramak eta ikonoak de Juan Mª Lekuona. Partiendo de un imaginario mitológico hace un inventario poético de elementos de la naturaleza y del paisaje. Es un trabajo recuperado del tomo Mendiak 7 en su sección El monte como universo simbólico.
En Miradas sobre naturaleza y la montaña, Edorta Kortadi hace una sucinta historia del paisajismo vasco en sus representantes más significativos desde los grabadores y la pintura barroca los expresionismos. Es un artículo igualmente recuperado del "Mendiak 7".
En Retrato y paisaje Enrique Ayerbe hace una aproximación a los significados simbólicos de la presencia del paisaje en los retratos y a la interacción simbólica entre el retratado y el marco geográfico en que el personaje es retratado.
En Geografía y música. Simbolización sonora de la naturaleza Francisco Esnaola se aproxima a la naturaleza como fuente de sonoridades que la música poetiza y transcribe. También se aproxima a la música como interpretación de imágenes de la naturaleza.
El santuario tienen un lugar en nuestra Geografía Simbólica porque siendo, los santuarios, espacios reducidos, tienen una expresión arquitectónica con una concentración simbólica y porque además el alcance de su “irradiación” simbólica cubre amplios territorios generando adhesiones espirituales y movimientos peregrinantes que establecen caminos sacrales.
El trabajo de J. María Zunzunegi El santuario y sus símbolos. Geografía, arquitectura y ritos sagrados es una recuperación parcial para esta obra de uno más amplio que con el título “El santuario en la tradición cristiana” se publicó en la Revista Victoriensia vol. 44.
El cementerio, camposanto, y los monumentos funerarios prehistóricos, como son los dólmenes y cromlechs, son segregaciones espaciales de gran contenido simbólico, que también establecen territorialidades tanto por su ubicación preminente como por los caminos de difuntos, ilbideak, que lo unen con la iglesia y con los pueblos y casas. El cementerio lugar simbólico de J.M. Zunzunegi nos aproxima a esta realidad.
Dentro del ámbito de una geografía simbólica de significación religiosa situamos el trabajo de Marcel Etchehandy sobre La estela funeraria. Simbolismo cósmico. La estela es en sí misma un microespacio simbólico, con simbolismos cósmicos grabados. Preside además el espacio de la arquitectura de la tumba o la parcela de tierra, que esconde el molde de la inhumación, expresión de esa mínima geografía que es el volumen y espacialidad corporal. Es parte de un trabajo titulado "Renovación del cementerio vasco. Espacios verdes y estelas", publicado en Mendiak 7.
Cierra el libro el trabajo de J.M. Zunzunegi Experiencias estéticas en la naturaleza. Signos y símbolos de trascendencia que extracta un trabajo más amplio que con el título "El halo del monte" fue publicado en el tomo 7 de Mendiak dentro del apartado El universo simbólico del monte. Desde la fenomenología religiosa aborda las experiencias de la naturaleza que es considerada toda ella como simbólica, en el sentido de que se la mira como manifestación de una realidad trascendente.
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